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10.0

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Siempre he pensado que si algún fallo tiene la maquinaria perfecta de RAMMSTEIN, es que sus trabajos audiovisuales se hacen esperar en demasía tras su grabación original. No ocurrió con ‘Live Aus Berlin’, (“sólo” tardó un año en publicarse) que fue su carta de presentación al público sobre lo que pasaba en sus conciertos, pero sí ha ocurrido posteriormente. ‘Völkerball’, por ejemplo, fue lanzado en noviembre de 2006 cuando se grabó año y medio antes en Nimes durante la gira de ‘Reise Reise’. Pero el caso de ‘Rammstein in Amerika’ fue más flagrante, recogiendo su actuación en New York en diciembre de 2010 (aunque el plato fuerte era el documental)… esperando casi cinco años hasta ver la luz (aquí su reseña). Y no cuento ‘Lichtspielhaus’, que es una compilación de viejas actuaciones. Por eso tampoco es que me sorprendiera mucho el anuncio de ‘Paris’, con shows grabados en 2012. Y es que Richard Kruspe, cuando puso en marcha el segundo trabajo de EMIGRATE, ya había avisado de estos lanzamientos.

La intro cumple con las expectativas, con el sexteto caminando entre el público (con sus móviles al aire, como no), hasta llegar a una pequeña plataforma que los sube para acceder a una pasarela elevada para, de nuevo caminando, llegar al escenario, con su antorcha y las banderas francesa y de la banda. Todo muy PopMart de U2, pero con el fuego como protagonista y de una manera más solemne, rozando el ritual.Tras el encendido de los pebeteros laterales, todo se pone en marcha con ‘Sonne’. Os aseguro, os lo puedo prometer, que me propuse contar los cambios de plano en el primer tema. Pero me mareé de una manera brutal, y calculo que al minuto o minuto y poco de ella ya había más de cien cambios. Por muchos medios que tuviera Jonas Åkerlund a su alcance, por mucho material que hubiera grabado de las decenas de cámaras que había en el show, al final han creado un montaje sobreproducido en el que apenas se aprecia nada. La cámara lenta como recurso está bien, porque con las llamaradas tiene su punto y da mucho juego, pero es de los pocos puntos a favor. No digo que no haya calidad, porque la imagen es en todo momento acojonante, pero ¿de verdad era necesario marearnos para dar una imagen distinta de un concierto de RAMMSTEIN?

En el cine no sé si esa sensación se multiplicaba, acorde al tamaño de la pantalla y la sala, pero verlo en el salón de tu casa se convierte en un ejercicio de distracción, teniendo que apartar en más de una ocasión la vista durante las más de dos horas que dura. Aunque sólo sea por tu salud, tus ojos lo agradecen. Tampoco entiendo esas cámaras en blanco y negro alternando con el colorido de la puesta en escena, desluciendo claramente. Aunque si te despistas, ni las aprecias. A cada canción, podemos ver impresionado el título en pantalla, cada una con un efecto distinto. El comienzo de ‘Wollt ihr das Bett in Flammen sehen?’ es espectacular (así como las llamaradas finales), además de contundente musicalmente hablando, pero pronto te das cuenta de que de lo que adolecía ‘Sonne’, es lo que te vas a encontrar en el resto de concierto: una locura de planos en los que por más que la intención sea enseñar TODO, terminas por no ver nada. Con Oliver en primera línea junto a sus compañeros de cuerda, arremeten los cañones de humo en ‘Keine Lust’, continuando con las luces rojas de ‘Sehnsucht’ y hay que decirlo: con ‘Asche zu Asche’ ya se sobrepasan con la alternancia de imágenes. Además, que en muchos momentos da la sensación de estar grabado en un estudio y no en un escenario, de lo cercanos y cerrados que son algunos planos.

Los numeritos de pelea entre Till y Flake comienzas en ‘Feuer frei!’, que con sus máscaras escupefuego siempre marcan un punto álgido de sus conciertos, y aquí no lo es menos. La cámara lenta cobra (más) protagonismo en una emotiva ‘Mutter’, volviendo a la caña con el carnicero Lindemann en ‘Mein Teil’, ensangrentado y con lanzallamas en mano para freír a su teclista. Puede que por el ritmo lento y pesado de la canción, aquí sí encaje la idea cinematográfica de un concierto intentado ser visto como una película. Por mucho que sus conciertos sean de otra galaxia, hay que guardar ciertos límites de lo que es una actuación musical. También quedan bien las guitarras de Paul y Richard ardiendo en ‘Du riechst so gut’… si no fuera porque otra vez (y van…) nos agobian de manera innecesaria; eso sí, minipunto para los pocos segundos que las podemos ver a cámara lenta. La marcha militar de ‘Links 2-3-4’, muy sobria, sobre todo comparados con los rayos de ‘Du hast’, sus fogonazos superiores y los cohetes de ida y vuelta que crean un infierno en el escenario. Más sobriedad para terminar el tramo principal, con ‘Haifisch’, en la que lo más reseñable es el baño de masas de Flake con la balsa hinchable navegando entre el público.

Vuelven a hacer acto de presencia la pasarela y la miniplataforma para un pequeño set en ella (aquí sí, muy U2, tanto en la Zoo TV como , de entrada con ‘Bück dich’ (sí, y el pene de Till), continuando con ‘Mann gegen Mann’ y cerrando casi a oscuras (iluminados por los móviles) con ‘Ohne dich’. Tres canciones donde dejan la pirotecnia de lado y se central en lo que son capaces de transmitir con la música. Tras retonar a las tablas principales, primera rendición de la banda y retirada, para retornar con ‘Mein Herz brennt’; pero la buena. Recuerdo el impacto que tuvo en mí el corazón-bengala cuando lo vi en Festimad hace 15 años, y nunca terminó de convencerme la piano version que acoplaron a sus directos; pero ésta es otra historia. ‘Amerika’ se convierte en una fiesta de confeti, y tras ‘Ich will’, otro de los momentazos: las alas de Till en ‘Engel’. Una pasada. El aire fiestero de ‘Pussy’, con el pene gigante echando espuma, parece el broche final, pero tras los títulos de crédito una pequeña sorpresa: ‘Frühling in Paris’ para terminar de poner los pelos de punta.

¿Peros a ‘Paris’? Sólo uno, pero demasiado extendido. No dudo de la profesionalidad y buen hacer de Jonas Åkerlund en cuanto a videoclips se trata, ya que tiene una dilatada trayectoria. Pero el experimento de querer llevar un concierto de RAMMSTEIN en plan «como nunca antes lo has visto» no le ha quedado tan bien como se podría pensar en un principio. Porque en el fondo toma parte de ese dicho: no lo ves. Supongo que en el segundo BluRay algo del tema, ya que contiene un Making Of al que todavía no hemos tenido acceso (pero sí ha habido tres pequeños extractos en YouTube; más abajo podéis ver uno). Sólo he podido ver tres veces a los alemanes. La primera, el citado Festimad. La segunda, en un Sonisphere, y la tercera en el Palacio de los Deportes de Madrid. Estas dos últimas, además, teniendo la suerte de poder estar en el foso al comienzo del concierto, y es donde menos aprecias todo lo que mueven y lo que ocurre en sus conciertos. Es ese afán de mostrar a los músicos tan cerca el que mata muchas veces el montaje, porque como mejor se ve todo es cuando tienes una vista panorámica. Sin tanto plano corto y cambio, hubiera quedado de 10. Pero no ha sido el caso. Teniéndolo todo a favor, supone una decepción.

Sobre El Autor

Varo

Tras más de una década escribiendo, después de estar en los inicios de Metal4all en 2003, y pasar siete años en TheMetalCircus, me aventuro en septiembre de 2014 en mi propia MiradAlternativa.

Una Respuesta

  1. ed

    Estupido Jonas, arruinó el que pudo ser el mejor DVD de la banda. Su maldita edición que mataría a cualquier epiléptico arruina todo. Mostrando 2 a 3 imágenes por segundo. Me da mucho coraje.

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