9.4Nota Final
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9.4

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Me acuerdo bastante bien de la primera época de SLIPKNOT. Es lo que tiene meterte de lleno en ciertos estilos de música (en realidad, cualquier género es válido), que si te llenan, hay grupos y momentos que se te quedan grabados para el resto de tu vida. Antes habían venido algunos, después llegarían muchos más, pero con veinte años (y más en aquella época) consumías la música de verdad. Tengo que reconocer que no me gustaron nada de primeras. Un disco recopilatorio de una revista tenía uno de sus temas (creo recordar que ‘Spit It Out’), y nada, no había manera de que me entrara. Menos mal que uno de mis mejores amigos  de entonces (y sigue siéndolo ahora, por suerte) me hizo entrar en razón para dar una segunda y tercera oportunidad. Me compré ‘Slipknot’ y me chocó. Supongo que como a toda mi generación, buscando algo medianamente nuevo y que continuara con nuestros gustos (KORN, DEFTONES & Cia).

También recuerdo la campaña mediática en torno a ellos, tanto en la red, que cada vez se extendía más en las casas, como en las revistas que salían aquí. Nueve tíos enfundados en sus monos (oscuros, rojos o blancos), enmascarados y con pinta desafiante. Llamaban la atención. ¿Dos percusionistas? ¿Un DJ, y aparte, otro tío para samplers? Ross Robinson a la cabeza, renegaban del término numetal en el que se metían a tantos grupos. Hasta recuerdo un titular del productor que decía algo así como “muerte al chandalmetal”, meses antes de la salida del segundo disco de los de Iowa… y coincidiendo con la salida de ‘We Have Come For Your Parents’ de AMEN, con los que también trabajó. En realidad, la mayoría de bandas amparadas bajo ese término no han querido encasillarse nunca (sobre todo viendo la evolución que han tenido buena parte de ellas); fue algo que se inventaron los medios para ahorrarse unos cuántos caracteres a la hora de definir a unos y otros. ¿Os suena la historia? Ay, el metalcore actual…

“The whole thing, I think, is sick, the whole thing I think is sick…” en bucle, una y otra vez. Una frase tomada de un documental de Charles Manson (bajo el título ‘742617000027’, número del código de barras de su autoeditado ‘Mate, Feed, Kill, Repeat’, sampleada y distorsionada daba paso a la locura de ‘(sic)’. Desprendían una mala leche, una ira, unas ganas de arrasar con todo… por eso cada actuación para ellos era una especie de prueba, un lugar donde demostrar que iban muy en serio. Aunque fuera en la televisión, como ésta. “Here comes the pain!” (de la película ‘Carlito’s Way’ se escuchaba antes de que Corey Taylor empezara a escupir con esa voz rasgada que con el paso de los años ha ido desapareciendo. Apenas daban respiro para continuar con ‘Eyeless’ para seguir gritando y proclamando que “… you can’t see California without Marlon Brando’s eyes”, frase que tomó Corey de un mendigo que no paraba de repetirla. Seguían los tres singles que más fama les dieron, pero mejor los dejamos para el final. Su sonido en muchos momentos era enfermizo. ‘Tattered & Torn’ era un buen ejemplo para entenderlo, visto más como un interludio con efectos extraños que como una canción al uso; ‘Prosthetics’ y ‘Scissors’ también pertenecían a ese grupo de, llamémoslas raras.

Había distintas ediciones. Algunas de ellas no incluían ‘Purity’, la historia “… about a girl in a box” que Corey Taylor tomó como real cuando era ficción, agónica y reflejando su propia letra. La locura se desataba con ‘Liberate’ (my madness, claro), ideal para no parar de botar, o la tanda de cortes espídicos que venían prácticamente seguidos: ‘No Life’, ‘Diluted’, ‘Only One’, ‘Eeyore’ (de lo más burro que han hecho en su carrera), ‘Me Inside’ (sí, Taylor también tenía partes melódicas en el pasado) o ‘Get This’ (“give me a scream Corey!”). Ahora retomo los singles, sus vídeos y la citada melodía que tanto se fue poniendo en entredicho con el paso del tiempo. Por un lado estaba ‘Spit It Out’ y su inspiración en ‘El Resplandor’. Era una fiesta en directo cuando Corey mandaba agacharse a todo el mundo (aunque con el tiempo terminó por hacerse algo cansina esa orden). Por otro, ‘Wait and Bleed’, seguramente el tema que les catapultó por completo. Ambos tenían melodía y no pasaba nada; quizá porque el contraste contra casi todo lo demás que nos ofrecían era mucho más brusco de lo que hicieron después. Pero ya estaba ahí. Y después, “This song is your new national fucking anthem, this song is called ‘Surfacing’”, con su “fuck you all” bien alto. ¿Cómo no iban a conectar de manera fácil con adolescentes de todo el mundo? Así ocurrió, que gracias a su mensaje, a la imagen, a su música, a sus conciertos incendiarios y a su puesta en escena, se convirtieron en un fenómeno de masas. El Ozzfest tuvo buena parte de culpa de que su ascenso fuera rápido (aquí una muestra), atrayendo más gente al escenario pequeño por la intensidad de sus shows que algunos grupos mejor posicionados en el cartel.

Para ver de lo que eran capaces por aquella época, es obligatorio ver el concierto del Dynamo del año 2000, que se incluyó en la reedición de este disco por su décimo aniversario. Su arranque en la actuación del Gods of Metal de ese mismo año es otro buen ejemplo, así como el documental ‘On The Sic’, con imágenes inéditas de aquella época, algunas al más puro estilo Jackass; incluso ‘Welcome to Our Neighborhood‘, su VHS que hace no mucho la propia banda subió a su canal de YouTube. Después llegaría ‘Iowa’, haciendo su propuesta más extrema (hacia ambos lados, por decirlo de alguna manera). También las declaraciones sobre la supuesta fecha de caducidad del grupo, que se convertirían en una constante a lo largo de toda su carrera, los proyectos paralelos de algunos de sus miembros con el consecuente final al misterio de sus identidades, descansos, desgracias… y todo cada vez en un status superior. A día de hoy no queda demasiado de aquellos nueve locos que irrumpieron con fuerza en el panorama metálico. Si acaso, que sus palabras y declaraciones en algunos momentos no distan mucho de las que ya repetían hace más de dos décadas. Pero no se les puede echar en cara algo que es común para todas las personas: el tiempo pasa y los excesos se terminan pagando. Por el camino, perdieron de manera trágica a Paul Gray debido a una sobredosis en 2010, Joey Jordison salió de la banda en 2013, y lo más reciente han sido los problemas legales de Chris Fehn, que demandó al grupo por razones monetarias.

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